Aprendizaje-servicio y formación inicial docente en el área de la didáctica de la expresión corporal: la importancia de la reflexión

Abstract

La implantación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES, en adelante) supuso una transición hacia el uso de estrategias metodológicas activas y participativas (McAleese, 2013; 2014). Al introducir el modelo competencial en la educación superior estas se configuran como las más idóneas para darle respuesta en la práctica (Chiva-Bartoll & Gil-Gómez, 2018; García-Ruiz et al., 2014). Entre las características que las definen se resalta que este tipo de metodologías ponen el foco de atención sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje (E-A, en adelante), que se define por ser constructivo, activo y reflexivo. El rol del alumnado, cambia respecto al de las metodologías tradicionales pasando a considerarse el protagonista y un sujeto activo en el proceso de E-A. El rol del profesorado también cambia, desarrollando las funciones de guía, evaluador y promotor de la reflexión para consolidar los aprendizajes. En este sentido, se hace especialmente necesario diseñar e implementar instrumentos y acciones que ayuden al alumnado en esos procesos. Por último, el procedimiento de evaluación pasa a valorar el proceso con un carácter continuo y formativo, es decir no se centra únicamente en calificación de los resultados. Es importante facilitar al alumnado recursos e instrumentos que les hagan cuestionarse y posicionarse respecto al avance de sus aprendizajes. La autoevaluación individual y/o grupal requiere que el alumnado identifique y valore su desempeño en el cumplimiento de las tareas concretadas. Sin duda este posicionamiento dista mucho de la mera calificación externa del profesorado y puede desarrollar en el alumnado habilidades muy necesarias para su futuro.