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dc.contributor.authorCompés López, Raúl
dc.contributor.authorGarcía Álvarez-Coque, José María
dc.contributor.authorObservatorio de Política Exterior Española
dc.contributor.authorFundación Alternativas
dc.date.accessioned2018-01-31T11:55:38Z
dc.date.available2018-01-31T11:55:38Z
dc.date.issued2009
dc.identifier.isbn9788492424825
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/10234/172518
dc.description.abstractLa Política Agrícola Común (PAC) está abocada a una nueva reforma en los próximos años, probablemente en 2013, coincidiendo con el inicio de un nuevo ejercicio presupuestario. La próxima reforma puede suponer un punto de inflexión con respecto a las reformas de 1992 y 2003. Además de cambios en el sistema de pago único, podría producirse también una reducción sustancial del presupuesto agrícola, tal y como vienen demandando algunos países miembros. El pago único está desacoplado no sólo de la producción sino también del resto de funciones de la agricultura, ya que su cuantía se deriva de criterios históricos y su distribución apenas modifica los desequilibrios tradicionales de la PAC entre explotaciones y países. La condicionalidad de las ayudas al cumplimiento de diversos estándares ambientales no las convierte en un pago que estimule las funciones no comerciales de la agricultura. El desarrollo rural, por su parte, consiste en un conjunto heterogéneo de programas cuya dotación presupuestaria es todavía un porcentaje reducido del gasto agrícola total. Los últimos cambios introducidos en 2008 a raíz del denominado “chequeo médico”, no han aportado soluciones de entidad a estos problemas. La agricultura española arrastra debilidades a pesar de su buena adaptación al mercado único europeo y del intenso proceso de reestructuración vivido desde la adhesión a la CEE. En especial destacan su fragilidad en materia de agua y suelo, la escasa dimensión media de las explotaciones, el envejecimiento y la desprofesionalización de la mano de obra, la baja productividad, la caída de la inversión en capital y la insuficiente organización vertical y horizontal de la cadena productiva. A esto se suman las oportunidades que todavía existen en materia de calidad e internacionalización, todavía por aprovechar. Resumen ejecutivo 8 Raúl Compés López y José María García Álvarez-Coque En el contexto europeo, España debería apoyar su posición negociadora en una actitud reformista basada en cuatro ejes: • Conversión del pago único actual (basado en criterios históricos) en un pago o conjunto de pagos ligados a objetivos no comerciales. • Reducción de las desigualdades de apoyo entre sectores y explotaciones. • Aumento del gasto del pilar 2 y clarificación de sus distintos componentes, derivando paulatinamente las inversiones no agrícolas de desarrollo rural hacia la política regional. • Incorporación a la PAC de medidas para aumentar la transparencia de los mercados, incluyendo acciones externas comunes en materia de control de calidad de los productos importados y apertura de nuevos mercados. Para que la estrategia negociadora española en Bruselas sea consistente es necesario modificar el planteamiento de la política agraria internamente, otorgando al sector agroalimentario en este tiempo de crisis una relevancia económica y social que ahora no tiene. El cambio que se propone incide en tres ámbitos: • Institucional: la política agraria como política de estado debe procurar mecanismos de coordinación efectivos entre comunidades autónomas. • Operativo: basando los esfuerzos en cinco grandes ejes: competitividad, rentas, agricultura y medio ambiente, diversificación de rentas y empleo e innovación. • Presupuestario: con más recursos para los programas que ahora se financian con cargo al segundo pilar. Es tiempo para que cobren relevancia nuevos conceptos como el estímulo a la creación de empresas, formación del capital humano, inserción de los productores en las cadenas de valor, energías renovables y administración eficaz, entre otros. Esta nueva conceptualización de la política agraria supone plantear una agenda positiva, que implique no sólo una posición reformista defendida con convicción en Bruselas (algo tiene que cambiar para alejar el escenario “no-PAC”), sino también una estrategia activa, a nivel interno. Es necesario, además, que desde las administraciones públicas españolas se ayude a modificar el papel del sector agrario en la cultura y el imaginario popular, otorgándole un prestigio del que ahora carece.ca_CA
dc.format.extent96 p.ca_CA
dc.language.isospaca_CA
dc.publisherFundación Alternativasca_CA
dc.rights.urihttp://rightsstatements.org/vocab/CNE/1.0/*
dc.titleLa reforma de la PAC y la agricultura española: alternativas y oportunidades para Españaca_CA
dc.title.alternativeDocumento de Trabajo 40/2009ca_CA
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/workingPaperca_CA
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccessca_CA
dc.relation.publisherVersionhttp://www.fundacionalternativas.org/public/storage/opex_documentos_archivos/cebfdba3a314d9f0e49bcc73beb0bfb8.pdfca_CA
dc.subject.eurovocReforma de la PACca_CA
dc.subject.eurovocReform of the CAPca_CA
dc.subject.eurovocPolítica agrícolaca_CA
dc.subject.eurovocAgricultural policyca_CA


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