La declaración de la víctima en la violencia de género; su fuerza probatoria y el art. 416 LECRIM

Abstract

La actualidad nos muestra que el problema de la violencia de género no está ni mucho menos superado, tampoco a nivel europeo ni internacional, aunque la evolución es más que positiva. En el contexto de este tipo de delitos, que se producen en la mayoría de las ocasiones en el más íntimo de los ámbitos, es esencial el estudio de la valoración que los tribunales hacen de la fuerza probatoria de la declaración de la víctima, máxime cuando es la única prueba directa y atendiendo a la parquedad en cuanto a regulación legal. Se exige la observancia de tres requisitos: la ausencia de incredibilidad subjetiva, la credibilidad objetiva o verosimilitud y la persistencia en la incriminación, configurándose como exigencias cuasi normativas de necesaria observancia, siendo que la realidad hace necesaria una interpretación flexible y una adaptación al caso concreto. Una tarea que se hace más complicada cuando entra en juego la dispensa ofrecida por el artículo 416 LECrim, dejando un vacío probatorio que muchas veces deviene insalvable, y que nos obliga a tener en cuenta también el tratamiento que los tribunales hacen respecto de los testigos de referencia y de la prueba indiciaria. Todo ello encuadrado en el marco de las garantías legales y procesales que nuestra Constitución y nuestras leyes procesales configuran, siendo necesario armonizar nuestra legislación con los avances que nos llegan de Europa y proteger a la víctima cuando más lo necesita.