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dc.contributor.authorEspasa, Antoni
dc.contributor.authorLorenzo, Fernando
dc.contributor.otherUniversidad Carlos III de Madrid. Departamento de Estadística
dc.date.accessioned2014-02-20T09:22:26Z
dc.date.available2014-02-20T09:22:26Z
dc.date.issued1995-09
dc.identifierhttp://hdl.handle.net/10016/3584
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/10234/84167
dc.description.abstractCon la plena integración de Espaiia en el área económica europea, el crecimiento económico y la creación de empleo en este país dependen de que al menos se mantengan los niveles de competitividad actuales y ello requiere que la economía española evolucione con diferenciales nulos de inflación respecto a Europa. En los últimos quince años la situación ha sido la contraria y se ha mantenido sistemáticamente un diferencial positivo que ha conducido a devaluaciones y depreciaciones para recuperar la competitividad, pero este recurso a la devaluación no se puede mantener indefinidamente y produce un empobrecimiento relativo. Las políticas económicas actuales no pueden eludir el establecer objetivos de inflación que supongan un diferencial nulo en Europa. Desde el segundo semestre de 1994 las perspectivas de inflación en España se han ido deteriorando tal como se representa en el grafico 2 tomado del BOLETÍN IPC. Esto ha obligado a que el Banco de España subiese en tres ocasiones a lo largo del primer semestre de 1995 su tipo de interés de referencia. Con esta política monetaria restrictiva parece haberse cortado la aceleración en los precios, pero, según las predicciones publicadas en el BOLETÍN IPC, estos tienden todavía a tasas de crecimiento que alejan a la economia española del diferencial cero con Europa. La política monetaria restrictiva de estos meses contrasta con una política fiscal expansiva y pone de manifiesto que la acción en solitario por parte del Banco de España para reducir la inflación puede ser de efectos limitados sin caer en una reacción económica apreciable. Es, por tanto, imprescindible que la lucha contra la inflación venga dirigida desde el frente fiscal. En dicho sentido parece importante que se apruebe una reducción del gasto público en 1995 acorde con el menor nivel de ingresos que las Administraciones Públicas estan teniendo, frente a los que estaban programados. A partir de ahí, la confección y ejecución de un presupuesto publico para 1996, con un déficit que no sea superior al 4,4% del PIB, debe considerarse como un objetivo irrenunciable. Tal objetivo debería incluirse en los programas de los principales partidos políticos y anunciarse así de inmediato. Esto podría garantizar la credibilidad que la economía española necesita para atraer capital extranjero sin tener que pagar primas excesivas por ello. Lo contrario podría generar una desconfianza que retrase, o realmente ponga en peligro, el afianzamiento de la recuperación económica obtenida en 1994 y 1995.
dc.format.mimetypeapplication/pdf
dc.language.isospa
dc.relation.isPartOfSeriesDocumentos de Trabajo. Estadística y Econometría
dc.relation.isPartOfSeries1995-11-04
dc.rights.urihttp://rightsstatements.org/vocab/CNE/1.0/*
dc.subjectEstadística
dc.subject.otherPolítica monetaria y fiscal
dc.subject.otherDiferencial de inflación
dc.titleConvergencia con Europa en la tasa de inflación: importancia, perspectivas y medidas económicas necesarias
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/workingPaper
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccess


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