Reseña del libro de Nuria Sánchez Madrid y Luis Alegre Zahonero (coords.). Territorios por pensar. Un mapa conceptual para el siglo XXI.

Abstract

Territorios por pensar. Un mapa conceptual para el siglo XXI se ocupa de problematizar el canon, no tanto de los considerados como grandes autores de la Filosofía, sino de qué cuestiones, problemas y derredores han sido excluidos de la atención privilegiada del pensamiento filosófico, frente a aquellos que la han protagonizado. Partiendo de la conexión entre la filosofía y la sociedad, en concreto, la interdependencia entre la constitución de los conceptos filosóficos y la configuración de los ordenes ético-sociales, los autores y autoras del volumen se ocupan de ampliar el mapa de la realidad, más allá de lo canonizado por la disciplina filosófica y sus currículos académicos. Desde la afinidad teórica y práctica, se propone el abordaje de otros espacios para pensar, más preocupados por levantar preguntas que por ofrecer respuestas. Se aprecia, además, una clara voluntad de salir de las disquisiciones entre especialistas y abrir discusiones atentas al presente y a la vida de las personas, estén o no familiarizadas con la reflexión filosófica. Como expresan los coordinadores Nuria Sánchez Madrid y Luis Alegre Zahonero en la introducción, hay una imperiosa necesidad de pensar las nuevas realidades sociales y los contextos en que estamos inmersos, por el ejemplo, la presión ejercida por el neoliberalismo. Más allá del explícito objetivo compartido de ampliar la gama de las preguntas y de los problemas considerados como importantes, la gran tarea que recorre los capítulos del libro consiste en problematizar nuestra autoconcepción como sujetos libres y creadores de las normas y prácticas de nuestra propia vida, y sacar a la luz tanto los efectos distorsionantes de las sociedades neoliberales, en las que la precariedad y la injusticia acaba presentándose como la norma, como el debilitamiento hermenéutico y los procesos saturados de subjetivación. En definitiva, se propone arrojar luz sobre aquellos resortes que, sabiéndolo o no, condicionan nuestro itinerario, y partiendo de esa facticidad, abrir senderos e invitar a salirse de las caminos trazados. A través de la tematización de aquellos puntos ciegos que, pese a no aparecer en el canon de los grandes problemas de la filosofía, forman parte de la realidad, podemos expandir nuestro horizonte y situarnos en una mejor posición para analizar las posibilidades de transformación.