Desodorización de un tanque: Reconducción de vapores hacia una chimenea y adsorción de contaminantes mediante filtros de carbón activo

Abstract

Este proyecto se realiza bajo la problemática de olores existente en el complejo residencial cercano a las playas de Almazora, el cual se sitúa a escasos metros del polígono industrial El Serrallo. Dentro de las diferentes industrias que pertenecen a este polígono destaca la figura de la Refinería de Castellón, presente desde 1965. Aún sabiendo por parte de la Generalitat las posibles consecuencias, se otorgaron permisos para la edificación en los aledaños. Estas consecuencias se están produciendo en el presente en forma de ruidos y olores. Ante los olores procedentes del polígono industrial, los vecinos de Almazora emiten quejas por molestias por olor con el fin de intentar frenar el problema. Sin embargo, existe una disyuntiva en cuanto a la identificación del foco emisor. Para tener una vista panorámica del problema, se deben considerar todas las actividades realizadas en el polígono que conllevan el tratamiento de sustancias químicas, trabajos que pueden ser la causa de olores. A todo lo anterior se debe añadir la falta de objetividad en la cuantificación de los olores. En la actualidad no existe una metodología globalmente aceptada que pueda servir para esta función. Además, en la Comunidad Valenciana, tampoco existe reglamentación sobre los umbrales de inmisión y emisión de olores. Sin embargo, la responsabilidad social corporativa de BP tiene como principio actuar antes de verse obligados a reaccionar y se están realizando estudios que pueden significar una disminución de contaminantes emitidos a la atmósfera. Gracias a la literatura científica, se ha podido identificar a la planta de tratamiento de aguas residuales como posible foco de olores debido a sus actividades, en especial, las unidades abiertas a la atmósfera. Por lo tanto, este proyecto tiene como objetivo la desodorización del tanque de homogeneización de la planta de tratamiento de aguas residuales de la Refinería de Castellón. Este tanque recibe un caudal de agua residual procedente, en mayor medida, de la separadora de aceites (API) con un valor de 219,2 m3/h y, durante el tratamiento de éste, emite a la atmósfera un caudal de vapores de 1331,5 m3/h, entre los que se encuentran moléculas tóxicas y COVs, en forma de hidrocarburos presentes en el crudo. Se procede al diseño de una cubierta para evitar la propagación de los gases a la atmósfera. Una vez los gases son contenidos en el recinto, se reconducen, mediante un sistema de ventilación, hacia una torre de desodorización. La torre dispone de un doble lecho de filtros de carbón activo que tienen la función de eliminar los contaminantes mediante el principio de adsorción. Una vez dimensionada la cubierta, el sistema de ventilación y la torre de desodorización, se realiza el estudio económico del proyecto y, en consecuencia, su viabilidad, mediante el análisis de los costes de inversión y los costes operacionales en un período de 15 años.