Time’s Up, celebrities and the transformation of gender violence paradigms: The case of Oprah Winfrey’s Speech at the Golden Globes (2018)

Abstract

In this paper we assess to what extent Oprah Winfrey’s speech during the Golden Globes 2018, situated in the new context of the #MeToo movement and the Time’s Up initiative, destabilizes the modes of recognition of gender violence, offering an example of the operationalization of the concept of ‘ethical witnessing’ in communication media brought about by celebrities. In order to do so we consider the connections she establishes between the fight for rights and other fights for recognition, redistribution and participation; the degree of transgression of the reified models of identification of the subject-victim and the focus on the capacity of agency; and the type of relationship that develops between the subject who gives testimony and the witness. The paper concludes that Oprah’s intersectional approach to gender violence, her focus on agency and resistance (verging on heroism), her role as both witness of her own victimization and facilitator of others’ testimonies, and her activism and inspiration for others to engage socially and politically, comes close to transgressing the boundaries of the current mode of recognition and representation of gender violence. Nevertheless, the widely accepted image of Oprah as an authority assumes a hierarchical relation that contravenes an ethical dimension of witnessing. In addition, in line with a liberal position, Oprah reimagines the ‘good victim’ as an empowered individual who overcomes vulnerability, and she envisions the eradication of gender inequality as something that comes from the top down.

En este trabajo evaluamos hasta qué punto el discurso de Oprah Winfrey durante los Golden Globes 2018, ubicado en el nuevo contexto del movimiento #MeToo y la iniciativa Time’s Up, desestabiliza los modos de reconocimiento de la violencia de género, ofreciendo un ejemplo de operacionalización del concepto de ‘testimonio ético’ aplicado a la acción de celebridades en los medios de comunicación. Para hacerlo, consideramos las conexiones que se establecen entre la lucha por los derechos de las mujeres y otras luchas por el reconocimiento, la redistribución y la participación; el grado de transgresión de los modelos reificados de identificación del sujeto-víctima y el enfoque en la capacidad de agencia; y el tipo de relación que se desarrolla entre el sujeto que da el testimonio y el testigo. El documento concluye que el enfoque interseccional de Oprah respecto a la violencia de género, su enfoque en agencia y resistencia (rayando en heroísmo), su papel como testigo de su propia victimización y facilitador de los testimonios de los demás, y su activismo e inspiración para que otros participen social y políticamente, están cerca de transgredir los límites del modo actual de reconocimiento y representación de la violencia de género. Sin embargo, la imagen ampliamente aceptada de Oprah como autoridad toma una relación jerárquica que contraviene una dimensión ética del testimonio. Además, Oprah vuelve a imaginar a la “buena víctima” como una persona empoderada que supera la vulnerabilidad, al mismo tiempo que concibe la erradicación de la desigualdad de género como algo que se genera de arriba hacia abajo.