Prevalencia e incapacidad por dolor de espalda en cuidadores no remunerados participantes en actividades de apoyo

Abstract

El cuidador informal o no remunerado es aquella persona con vínculo de parentesco o cercanía que asume la responsabilidad en cuanto a la atención y cuidados diarios de una persona enferma, proporcionándole la ayuda necesaria a medida que esta va perdiendo sus capacidades y su autonomía. Así mismo, el cuidador se caracteriza por ocuparse de las necesidades de autocuidado y de atención que pueda presentar una persona enferma con cierto grado de dependencia. La situación actual en nuestro país caracterizada por un paulatino envejecimiento poblacional, una devastadora crisis económica y social, y un cambio en los nuevos sistemas de atención, generan múltiples reflexiones a distintos niveles entre los que destaca la necesidad potencial de esta figura asistencial. El cuidado es asumido principalmente por cónyuges, hijos, familiares cercanos o voluntarios, que habitualmente no poseen formación relacionada con el cuidado y que no reciben remuneración económica por ello. En España, al igual que en el resto de los países de la Europa meridional, la satisfacción de las necesidades de las personas dependientes se ha caracterizado históricamente por el papel predominante de la “familia como principal fuente de ayuda”, asignando este rol cuidador de forma mayoritaria a la mujer El cuidador familiar está sometido a grandes sobrecargas, teniendo una mayor vulnerabilidad a padecer problemas físicos y psíquicos, lo que determina la aparición del denominado síndrome del cuidador, relacionándose incluso con un aumento de la mortalidad. Desde el punto de vista de las políticas públicas, una visión integradora de las consecuencias del cuidado revela en qué medida una delegación excesiva del cuidado en las familias reduce el gasto público a corto plazo, pero lo aumenta a largo plazo por el deterioro de la salud de los cuidadores familiares. Por otro lado el aumento de la esperanza de vida y los cambios en los estilos de vida han aumentado la prevalencia de las enfermedades musculoesqueléticas en todo el mundo, en las que hay descritas más de 150 enfermedades y síndromes. Suelen asociarse con dolor e inflamación y son una de las principales causas de morbilidad y discapacidad en el mundo, con elevados costes derivados, directos e indirectos