Audiencia previa

Abstract

La audiencia previa es, sin lugar a dudas, una de las apuestas más firmes de la LEC, como se anticipa ya en su Exposición de Motivos, por ser instrumento fundamental para garantizar la tutela judicial declarativa. Prueba de ello son las diversas funciones que el legislador concentró en esta fase procesal. Esta pluralidad de funciones que se explicitan en el art. 414 de la LEC, es recordada también por la jurisprudencia como, por ejemplo, en la SAP Málaga de 16 de febrero de 2012: “y es que la Audiencia Previa, tal y como está regulada en la vigente Ley de Enjuiciamiento Civil (arts. 414 a 430), no tiene como única función la meramente conciliadora. Y así, si bien ésta es la primera función de la Audiencia Previa, el párrafo primero del artículo 414 de la Ley de Enjuiciamiento Civil hace referencia a otras funciones perfectamente diferenciadas de aquélla, tanto en su finalidad como en su regulación, destinadas a examinar las cuestiones procesales que pudieran obstar a la prosecución del proceso (función sanadora regulada en los artículos 416 a 425 de la Ley de Enjuiciamiento Civil), como a delimitar el objeto del proceso y los extremos, de hecho y derecho sobre los que exista controversia entre las partes y, en su caso, proponer la prueba (función delimitadora a cuya regulación se destinan los artículos 426 a 429 de la Ley de Enjuiciamiento Civil). Debido a esta diversidad de funciones, el estudio de la audiencia previa es muy amplio, excediendo del ámbito limitado de estas páginas. Por ello y por considerar que la función conciliadora de la misma no está consiguiendo, en la práctica judicial, todos los resultados esperados por el legislador, voy a centrar mi trabajo en la conciliación intraprocesal.