El rol de la inteligencia emocional en la evaluación de la calidad docente.

Abstract

Tras una vida como estudiante, recorriendo el colegio, el instituto y ahora la universidad, lo que supone 20 años estudiando, puedo afirmar que los profesores son uno de los factores más importantes, por no decir el más importante, para conseguir una enseñanza de calidad. Por ello y con mi experiencia como estudiante de la Universidad Jaume I, habiendo cursado el grado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos y entendiendo así la importancia de los recursos humanos en una organización, en el presente trabajo me dispongo a realizar un análisis de la evaluación de la calidad docente de la Universidad Jaume I. Para ello, en primer lugar, se va hacer un recorrido por el mundo de la calidad para entender la importancia de su gestión en la rentabilidad de una organización. A continuación se expondrá la importancia de la gestión de la calidad en las universidades, y más concretamente la evaluación de la calidad docente en las universidades, para luego analizar cómo se evalúa esa calidad en la Universidad Jaume I (UJI). Todo ello con el objetivo de resaltar la importancia de poner de manifiesto como la inteligencia emocional de los docentes es un factor imprescindible para mejorar la calidad docente, otorgándoles herramientas emocionales para afrontar la actividad docente lo que redundará en una mejora de la enseñanza y del conjunto de la universidad. Dada la responsabilidad que tienen las universidades con la sociedad como organizaciones proveedoras de conocimiento y su compromiso con el desarrollo social y económico del país, es evidente la importancia de la gestión de la calidad en las mismas con el principal objetivo de lograr la excelencia y la mejora continua, y con ello una enseñanza de calidad. Siendo los docentes el pilar fundamental de la enseñanza no cabe duda que se debe evaluar y mejorar la calidad docente en todos sus aspectos para así lograr una enseñanza de calidad y la mejora continua de la universidad. Hoy en día, los docentes deben ser profesionales no solo en el aspecto académico sino también en el emocional, pues no hay que confundir el conocer bien una materia con el saber transmitir de forma adecuada esos conocimientos a los demás.